En el salón de actos del CENS Nº 1 se reunieron los directivos, profesores y alumnos para conmemorar el 9 de julio, día de la Independencia Nacional.
La profesora de Educación para la salud: Sra. Marcela Corino se dirigió a los presentes de la siguiente manera:
Al recordar esta fecha traté de imaginarme cómo habría sido ese 9 de julio de 1816, sin la posibilidad de analizar en los medios masivos de comunicación semejante suceso, la declaración de nuestra Independencia. Al hacerlo, me resultó casi imposible pensar que no pudo ser difundido, masivamente, en los titulares de los diarios, la radio y la televisión. El entusiasmo por ser libres y soberanos habrá sido una manifestación de sentimiento compartido por pequeños grupos.
Este 9 de julio de 2013, 197 años después de aquél otro memorioso, podemos ponerlo en los titulares de nuestro corazón para generar en nosotros y en los demás, ese mismo espíritu de libertad que tuvieron aquellos hombres.
A lo largo de toda la historia, los pueblos han tenido tres necesidades básicas: LA PAZ, LA LIBERTAD y LA JUSTICIA. Porque no se puede imaginar un país en paz y oprimido, o sin igualdad de oportunidades, ya que esto impediría la razón de ser de los pueblos.
Cuando ese día se labró el acta de nuestra independencia, el Congreso había cumplido con el gran compromiso, y el país lanzaba un desafío a cuantos intentaban someterlo. Recordar a todos esos grandes hombres que participaron de aquel día, merecería otro discurso. Desde aquel ilustre Presidente de la Asamblea, Don Narciso Laprida, hasta los que, desde su puesto de lucha, como Manuel Belgrano y José de San Martín, exigían que se declarase la Independencia. Ellos reunían condiciones de desinterés, convicción, esfuerzo y, por sobre todo, de acción. Y lo hicieron en un momento tan duro y difícil como éste que nos toca vivir hoy.
Ahora no batallamos contra la dependencia colonial, pero debemos hacerlo contra la dependencia económica y los dogmas extranjerizantes; contra la violencia, la ignorancia, la indiferencia, el facilismo, la corrupción, la hipocresía, las adicciones y la pobreza, porque también, de algún modo, todo ello nos somete y nos condiciona.
Tenemos varias opciones y podemos elegir y decidir el futuro y el destino de nuestra querida Argentina, para ponerla entre todos de pie. Pero primero pensemos qué patria queremos. Somos responsables de ella, de su futuro y porvenir y, sobre todo, de su legado.
Que en este día la desesperanza no nos invada, a pesar de las dificultades. Pensemos que la Independencia relacionada con la Libertad, nos impone el compromiso insoslayable de vivir pensando en el esfuerzo, el trabajo y los valores que forjaron los hombres que hicieron nuestra patria.
No sé ustedes, pero yo quisiera leer hoy, en algún titular: "Bendita independencia, libertad y democracia que aún podemos mantener", y les propongo que todos luchemos para que así sea por siempre.
